EGBERTO GISMONTI – SUMMUM CONCERT SERIES
- Fecha: 21 de noviembre de 2024
- Lugar: Teatro San Pol (Madrid)
- Formación:
Egberto Gismonti (guitarra y piano)
Daniel Murray (guitarra)
Acompañado por su compatriota Daniel Murray, Egberto Gismonti nos ofreció un concierto muy esperado. En dos ocasiones, teniéndolo programado, no me fue posible asistir, primero en julio en el Festival de la Guitarra de Córdoba y luego, a primeros de noviembre, en el Festival de Jazz de Málaga. Tenía la esperanza de poder verle y a la tercera ha sido posible en Madrid, gracias al ciclo Summun Concert Series, dentro de su excelente programación de conciertos de jazz. Vaya para la organización mi sincero agradecimiento.
Para mí Gismonti es un referente importante desde los tiempos en los que hacía radio. Muy a menudo pinchábamos algún tema suyo, sobre todo cuando se iba acercando el final del programa. Daba un toque intimista, como muy cercano y vitalista, que nos sentaba bien después de todo el jazz escuchado, complejo y analítico en bastantes ocasiones. Uno de los LPs que el técnico de sonido más ponía era Mágico (ECM, 1980). Todavía se puede oír aceptablemente, pero con las huellas que dejaron aquellas audiciones repetidas. El vinilo era mío y lo tenía permanentemente en la emisora. Es lo que tienen los vinilos, que acusan las experiencias vividas y de cada chasquido emerge algún recuerdo. En este caso, principalmente, del programa de jazz. Había un tema destacado que era el último de la cara B, el último del disco, titulado “Palhaço”, compuesto por Egberto Gismonti y Geraldo Eduardo Carneiro, versión en trío junto a Jan Garbarek y Charlie Haden. Ese mismo año Gismonti produjo el que, en mi opinión y la de muchos, puede ser el disco más identificativo de su música y su estilo, y tal vez también definitorio de su carácter. Lo tituló Circense (EMI, 1980; ECM, 1991) y contiene el tema original, más orquestado, más brasileiro y con algunos pasajes en los que se oye nítidamente el vocerío de fondo de unos niños jugando en la calle. Me gustan mucho las dos versiones, pero su piano en trío me llega más. Un tema muy escuchado y que he elegido como centro de esta reseña sobre el concierto por diferentes motivos.
Me dijeron que no lo tocó en Málaga. Tuve la fortuna de oírlo en Madrid. Por eso lo cuento así con aquel recuerdo muy vivaz. Fue a piano solo en el segundo bis. El público no paraba de aplaudir tras el primero y, sintiendo el gran jaleo, Egberto Gismonti apareció por segunda vez en el escenario tras el final y, a modo de epílogo, nos contó una historia sobre una actuación en un circo con un payaso de protagonista. Pensé que tras la historia, que me parecía contada como una fábula, terminaría el concierto. Pero no fue así, se encaminó hacia el piano y comenzó a tocar. Supuse que lo que contó estaba en relación con la insistencia del publico en querer que volviera a darnos un tema más, como la actuación del payaso en el circo, creí entender. Habló en portugués y no fui capaz de entenderle bien. Pregunté a varias personas pero tampoco le entendieron. Me hubiese gustado conocerla exactamente y haberla podido contar aquí. En su defecto animo a escuchar el tema en sus dos versiones y los dos discos completos. No obstante, puedo contar la intensa emoción que produjeron las notas para cerrar una velada ciertamente mágica. A lo largo de toda ella pudimos oír: primero los conjugados diálogos de las dos guitarras, después el piano de Gismonti y la guitarra de Murray a dúo, y también solos de ambos músicos.
Daniel Murray es un seguidor e intérprete especialista de la obra del maestro brasileño, al que ha acompañado en esta gira por Europa y del que podemos recomendar su trabajo titulado Universo Musical de Egberto Gismonti (Carmo, 2019), de guitarra sola. El último tema es precisamente “Palhaço”.
El repertorio que nos ofrecieron fue variado, intimista y profundo, y también hubo pasajes alegres y de música menos melódica, más cercana a la clásica contemporánea. Egberto Gismonti es un autor difícil de clasificar y es conocido que es imprevisible el repertorio que puede ofrecer en cada lugar. Es un virtuoso de la improvisación y fusiona diferentes tipos de música en su jazz. El del San Pol estuvo basado en obras del propio Gismonti y de los clásicos de la música de Brasil, como Pixinguinha, Antonio Carlos Jobim y Heitor Villa-Lobos.
Volviendo al circo, a Circense y Magico, los dos LPs que contienen el tema elegido, y está también en ellos otro de sus temas emblemáticos, «Magico», decir que encontramos un encadenamiento muy interesante entre ambos, más allá de estos temas coincidentes con el circo de nexo. La portada del primero muestra a un payaso que abre levemente el telón del escenario circense para hacer aparecer, como por arte de magia, el rostro sonriente de Gismonti que, en muchos aspectos formales, la imagen nos recuerda a un filme de cine primitivo de Georges Méliès, en el que se nos ocurre que podría estar inspirada la carátula, o se trata de una interesante casualidad, modulada quizás por la suerte de fábula que nos contó. La película es L’Homme à la tête en caoutchouc (Francia, 1901). En ella se ve al propio director contemplando su enorme cabeza reencuadrada, que ha hecho aumentar conectándole un soplete. En la cubierta del disco vemos al payaso, que podría ser Gismonti oculto tras la máscara, que abre el telón para verse así mismo, en analogía con el filme primitivo. Al cineasta francés se le reconoce como el primer mago del cinematógrafo. Todas sus películas están llenas de juegos de magia, aprovechando los recursos del invento de los Lumière. El segundo álbum se titula precisamente Magico.
Fue una suerte estar allí. A la salida pude comprobar que su actuación había convocado a un nutrido número de músicos muy conocidos. Entre ellos vi a Paquito D’Rivera, Román Filiú e Ivan Melon Lewis conversando en el vestíbulo. Antes, todavía dentro de la sala, al encenderse las luces descubrí que a mi lado tenía su asiento Baldo Martínez que estaba, como yo, emocionado por el concierto. Fue otra sorpresa, con anécdota de sorprendente azar incluida, sumamente agradable y especial. Pudimos conversar sobre el encuentro azaroso, sobre las veces que le había retratado en concierto, sobre el último tema y sobre el concierto y la música de Gismonti, y también sobre otra pieza estelar, “Loro”, que guarda cierta relación estilística con “Palhaço”. Como decía, fue una noche con tintes mágicos desde el principio hasta el final. Diría que Gismonti, como Méliès en el cine, es algo mago en la música. Lo sentí así esa noche.
Texto y fotografías: © José Miguel Gutiérrez, 2024 / https://www.instagram.com/josemiguelgutierrez.lhl
Información en unadeJAZZ
https://www.danielmurray.com.br/english.html
